El arzobispo metropolitano de Huancayo,
monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, expresó su indignación por el paro
decretado en la ciudad de La Oroya en plena semana santa.
Manifestó que no comprende cómo es que los
trabajadores de la empresa Doe Run han asumido una actitud de esta naturaleza
perjudicando las actividades económicas, sociales y religiosas en cuatro
regiones del centro del país.
“Es un grave daño”, dijo e hizo un llamado a
la reflexión para volver a la normalidad.
Monseñor Barreto también no se explicaba por
qué los trabajadores exigen el reinicio de las operaciones en el complejo
metalúrgico de La Oroya sin respetar la vida y al salud de la población.
Reiteró la posición de la Iglesia en el
sentido de que sí debe haber reactivación del complejo metalúrgico de La Oroya
pero que previamente la empresa cumpla con su Programa de Adecuación y Manejo
Ambiental (PAMA).
En este sentido se preguntó: “¿Por qué la
empresa no cumplió su PAMA en el
tiempo que estuvo paralizada?
Monseñor
Barreto confía que el Congreso de la República legisle a favor de la
vida, la salud y un trabajo digno. Ese sería el mejor regalo para el país, agregó.
Entretanto, señaló que la Iglesia se mantiene
vigilante y en oración para evitar hechos de violencia.
(Con la bendición del Señor por su difusión)
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