Conoce el proyecto Normalista de Ayotzinapa y
porqué ha incomodado siempre al poder político y al narco en México
Por Joaquin
Hernandez:
PUBLICADO: HACE 10 HORAS
Un
ultimátum vencido
Hoy, luego de haber vencido el
ultimátum que tanto familiares como estudiantes dieron al gobierno estatal para
encontrar a los 47 estudiantes detenidos desaparecidos en la violenta y cruel
represión en Iguala, Guerrero, permanece como una tesis cada vez más fuerte que
los cuerpos encontrados en 6 fosas comunes pertenecerían al menos a un grupo de
dichos estudiantes detenidos desaparecidos, haciendo cada vez más frágil la
sentida y justiciera consigna de “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Mientras tanto, la demora en la entrega de los resultados de ADN (que va a
tardar entre 15 días a 2 meses) y la información errática en los medios (los
cuales muchos han afirmado como cierto lo que es hasta ahora solo una tesis),
hace la situación aun mas difícil para los que están pasando por el doloroso
momento de esperar encontrar a sus compañeros y familiares.
Por lo mismo, y ante la falta de
respuesta y certeza es que los estudiantes normalistas han decidido radicalizar
la lucha, como asimismo es que se ha convocado a una marcha a nivel nacional en
México, fechada para el miercoles 8, para solidarizar con los compañeros
estudiantes asesinados y desaparecidos.
Un
proyecto que se ataca y se reprime
Del mismo modo, son pocos los
medios que reparan en el proyecto de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, y
que permitiría entender el por qué de los ataques y de la represión que han
sufrido no excepcionalmente ahora, sino que sistemáticamente.
La Escuela Normal Rural de
Ayotzinapa es un modelo de educación popular, autogestionada, horizontal y
consciente que es digna de admirar. Tiene sus orígenes en un proyecto
gubernamental de Lázaro Cárdenas en los años 20 del siglo pasado, que tenía
como finalidad masificar la educación mediante la creación de escuelas normales
que permitieran formar profesores rurales. Es así que en 1926 se funda Escuela
Normal Rural Raúl Isidro Burgos (que es su nombre oficial), la cual se ha
mantenido, a pesar de una serie de hechos y procesos históricos de por medio,
en un verdadero gesto de resistencia hasta el día de hoy.
Constantemente atacada por el
abierto carácter combativo y los altos niveles de conciencia política de sus
estudiantes, la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa ha tenido que enfrentar
tanto la represión como la indiferencia de las autoridades. De la segunda forma
de agresión, llevada a cabo principalmente negando el financiamiento, es que
los estudiantes normalistas han desarrollado formas de autogestión, en donde
ellos son protagonistas de la obtención de fondos para los gastos de la escuela
y manutención personal. Siembran, cosechan y crían animales para poder
financiarse, así como también realizan colectas con los mismos fines.
También, y en ese mismo sentido,
anualmente realizan un pliego a las autoridades en donde normalmente se exige
mejoras académicas (ej. más profesores) como un mejor financiamiento desde el
estado (que es mínimo).
Una
ética y una práxis política
Sin embargo, lo más interesante
en este proyecto que es la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa es que hay un discurso
político que se pone en práctica día a día. Existe fraternidad y horizontalidad
entre los integrantes. Del mismo modo se buscan formar como profesores no tan
solo como una forma de mejoramiento profesional individual, sino principalmente
como una forma de contribuir a la transformación de la sociedad en la que
viven. Es por ello que definen su educación como una forma de educación popular
(que desafía al poder y a la estructura económica imperante), en donde además
participan activamente en la gestión y en el proceso educativo.
Del mismo modo, alternan la
formación pedagógica con la formación política, pues ellos se ven y se
proyectan como agentes de cambio, y a su escuela como germen de un proyecto
revolucionario. Formación política que sin embargo es principalmente canalizada
en la práxis, en llevar a cabo una forma de relacionarse y de realizar las
distintas tareas.
Mas allá de los murales y las
múltiples consignas que pueblan la escuela, lo más revolucionario, lo más
subversivo que se puede apreciar es como ellos mismos llevan a cabo sus vidas,
la gestión de su espacio y la formación tanto personal como profesional,
destinados a crear un mundo nuevo y un hombre nuevo.
La
constante represión
Por todo lo mencionado
anteriormente, es que no nos ha de extrañar que el Estado y el narco vean a
esta escuela como un enemigo natural y como un espacio completamente incómodo a
sus propósitos. Esto se lo han hecho saber repetidas veces, con intentos de
desalojo, represión y hasta la desaparición de estudiantes.
Antes del 26 de septiembre del
2014, la represión más grande que sufrieron los normalistas de Ayotzinapa
ocurrió el 12 de diciembre del 2011, cuando los estudiantes se movilizaron por
sus demandas cortando la Autopista del Sol, siendo atacados tanto por la
policía estatal como federal, quienes asesinaron a tres normalistas y dejaron a
varios heridos durante esa negra jornada.
De este modo, es que se entiende
que lo ocurrido recientemente no se trata de un hecho excepcional ni de una
desgracia fortuita. Es parte de un historial de represión y violencia contra un
proyecto transformador que amenaza las bases del poder establecido (tanto del
Estado como de los narcos), puesto que presenta una nueva forma de organizar la
sociedad, una ética distinta que no privilegia el individualismo o el éxito
personal, y que no está dispuesta a someterse a nadie, puesto que todo lo han
ido construyendo con sus propias manos.
A
continuación, un breve documental que explica la organización, funcionamiento y
lucha de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa:
Fuente:
http://www.radiovillafrancia.cl/conoce-el-proyecto-normalista-de-ayotzinapa-y-porque-ha-incomodado-siempre-al-poder-politico-y-al-narco-en-mexico
http://www.radiovillafrancia.cl/conoce-el-proyecto-normalista-de-ayotzinapa-y-porque-ha-incomodado-siempre-al-poder-politico-y-al-narco-en-mexico
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