Ideeleradio.-
La gestión del presidente Ollanta Humala es la gran continuidad del
gobierno de Alan García porque no existe una verdadera lucha contra la
corrupción, afirmó el exfiscal Avelino Guillén, al considerar que
resulta penoso que se tenga que suplicar para que el jefe de Estado
cumpla con lo que prometió en la Casona de San Marcos en mayo del 2011.
“Nosotros inicialmente en la
Comisión de Transferencia [del gobierno de Ollanta Humala] señalamos que
lo que se tiene que crear es una gran Procuraduría General
Anticorrupción; pero en líneas generales, del gobierno de García al
gobierno del señor Humala en materia anticorrupción lo que está
existiendo es la gran continuidad”, manifestó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“No se les da recursos [a la
Procuraduría Anticorrupción], no tienen el suficiente equipo de recursos
humanos ni materiales para poder organizar una verdadera batalla contra
la corrupción. Acá en el Perú existen muchas instituciones que hacen
diagnóstico sobre corrupción, hablan sobre normas éticas –lo cual me
parece interesante– pero no entran al combate a la corrupción; eso debe
cambiar”, apuntó.
El exfiscal dijo, en ese
sentido, que el Gobierno tiene que asumir el juramento que pronunció en
la Casona de San Marcos en el sentido de que se iba a combatir
totalmente la corrupción. Indicó que resulta penoso que se tenga que
suplicar a la administración de Gana Perú para que Humala Tasso cumpla
con su palabra.
“El Gobierno tiene que asumir y
cumplir con su juramento que dio en la Casona de San Marcos, en su punto
siete del juramento, de combate total contra la corrupción y, sin
embargo, no lo está cumpliendo. Resulta penoso que tengamos que suplicar
al gobierno que cumpla su palabra. ¿En qué país vivimos?”, enfatizó.
No se los puede evaluar por lo que escriben en el Twitter
Comentó
que la gestión de Humala Tasso demuestra un marcado desdén y
displicencia absoluta en relación a los temas de corrupción. Citó, como
ejemplo, la investigación que se le siguió a Omar Chehade en el
Congreso, la cual –dijo– era una prueba de fuego que el Gobierno
finalmente no la pasó.
“Señalé en una entrevista [que
el caso Chehade] era la prueba de fuego para el Gobierno y vemos los
resultados. Pueden hablar muchas cosas de cruzada contra la corrupción,
pero eso queda en palabras, los hechos demuestran lo contrario. A este
Gobierno no se le puede evaluar por las declaraciones, ni por lo que
escriben en Twitter, ni cuelgan en las redes sociales, eso no, que se
evalúe su conducta”, explicó.
“[El] general que investigó a
los generales [Raúl] Salazar y [Abel] Gamarra [en caso Chehade], ahora
en el retiro sancionado por cumplir su trabajo y decir la verdad,
general Guillermo Arteta en el retiro. Entonces, esa es nuestra
situación real que tenemos”, apuntó.
La solitaria voz del procurador Julio Arbizu
No
obstante, reconoció que existen algunos esfuerzos individuales, pero
que no tienen el suficiente peso político para señalar que existe una
verdadera voluntad del Gobierno de luchar contra la corrupción. Resaltó,
por ello, el trabajo realizado por el actual procurador anticorrupción
Julio Arbizu.
“A mí me parece que la solitaria
voz del procurador anticorrupción Julio Arbizu y sobre todo de su
equipo –que yo respeto y admiro – es un intento de decir aquí está mi
voz, pero sólo queda en eso. Les he expresado eso, que lo que expresan
son palabras, pero que no tienen la suficiente fuerza para hacer cambiar
las cosas”, declaró.
“Por ejemplo, ellos debieron
expresar con firmeza y energía su discrepancia con la actitud del
Ministerio Público de inhibirse, de seguir cumpliendo su mandato
constitucional [en el caso Chehade], lo hicieron probablemente, pero no
los escucharon. No tienen la fuerza”, lamentó
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