Huancayo, jueves 22 de agosto de 2013.
Sr. DIMAS ALIAGA:
Me dirijo a usted en calidad de ciudadano Huancaíno y mediante esta
comunicación abierta y pública quisiera esgrimir algunas ideas que permitan
precisar, entre otras cosas, su versión de los hechos y las responsabilidades
sobre el lamentable siniestro de la Casa Ráez, del cual usted me
acusa.
El pasado martes 20 al tomar conocimiento del
incendio iniciado en la Casona Ráez, declarada Patrimonio de la Nación en 1980,
nos apersonamos inmediatamente con los técnicos del Ministerio de Cultura.
Estuvimos en el lugar de los hechos toda la mañana, evaluando la situación,
brindando declaraciones, mostrando nuestra solidaridad, ayudando, pero sobre
todo, no estorbando la labor de los especialistas. Durante todo ese tiempo hasta
las 11 de la mañana, en ningún momento nos pronunciamos sobre el desmontaje
total (demolición que le dicen).
Al promediar las 11 de la mañana en una actitud difícil de entender
usted ofrece declaraciones a la prensa, pidiendo que me metan a la cárcel, así
mismo al acercarme, iracundamente me responsabiliza por el siniestro utilizando
además adjetivos y frases irrepetibles en esta comunicación. Con esto Sr. Aliaga
usted provocó otro incendio, ahora en los ánimos de los curiosos, vecinos y
prensa. Incendio que necesitaba desfogarse y que apuntaba hacia nosotros y que
en ese momento era imposible contener.
A solicitud del Sr. Navarro, uno de los propietarios del inmueble se me
emplaza, por parte de sus funcionarios, a firmar una hoja de papel cuya
redacción pedía la “demolición” inmediata del predio. Es usted, el propietario y
gente de su entorno, que insertan este elemento (la demolición) desesperadamente
como una medida de solución, aun incluso sin sopesar la presencia de fiscalía
para descartar “dolo” y la opinión técnica de los
bomberos.
Desde ese momento, mi equipo y yo, comenzamos a recibir agresiones
sistemáticas, de los vecinos, curiosos, funcionarios de defensa civil, usted,
incluso la policía. Mire usted Sr. Aliaga, lo peligroso que es lanzar opiniones
fuera de contexto, siendo usted (y sobre todo sus palabras) un sujeto de poder
como dice el francés Foucault. Estas declaraciones pusieron en riesgo mi
integridad y la de los funcionarios del Ministerio de Cultura. Se nos culpaba
injustamente del incendio y además se asumía que nos oponíamos a la supuesta
solución: la “demolición”.
A la llegada de fiscalía hacia las 11:30 y al generar por primera vez un
diálogo intersectorial, accidentado por cierto, sobre qué hacer. Los bomberos y
todos los sectores proponen su opinión: los bomberos manifiestan que el incendio
estaba controlado y que solo les ocupaba la remoción de escombros. Por su parte,
la fiscalía manifestó que los hechos aparentemente fueron fortuitos y que
correspondía a los entes competentes tomar la decisión. Sus funcionarios
(Defensa Civil y Desarrollo Urbano) opinaron sobre la demolición del inmueble.
Por nuestra parte señor Aliaga nuestros técnicos estuvieron permanentemente
evaluando la situación y en constante comunicación sobre los protocolos con la
alta dirección del Ministerio en Lima. En ese momento me mencionan que la
estructura está muy comprometida y que se tenía que optar por su desmontaje
total, tratando de recuperar la mayor cantidad de material cultural posible. Así
pues, hacemos eco de la posición de nuestros técnicos, manifestando que lo
“ideal” sería recuperar las estructuras que se puedan, recibiendo su
desaprobación y en consecuencia el abucheo de todos los
presentes.
Ninguna norma y protocolo señor Aliaga está por encima de la vida
humana; hay que ser demasiado ligero para suponer que la recuperación de bienes
culturales o el desmontaje parcial o total de un bien, se hacen poniendo en
riesgo la integridad de alguien (esto también lo manifestamos). Por eso señor
alcalde existen protocolos internacionales sobre la recuperación de todo tipo de
bienes y materiales, que lamentablemente usted y sus corifeos no quisieron
entender.
Después de ello y a solicitud nuestra materializamos estos acuerdos en un acta en la oficina de Defensa Civil, dónde sus funcionarios se comprometieron a respetar su normativa y ya no realizar visitas unilaterales a bienes declarados (Patrimonio) o en presunción, sino con la participación del Ministerio de Cultura como dicta la norma.
Después de ello y a solicitud nuestra materializamos estos acuerdos en un acta en la oficina de Defensa Civil, dónde sus funcionarios se comprometieron a respetar su normativa y ya no realizar visitas unilaterales a bienes declarados (Patrimonio) o en presunción, sino con la participación del Ministerio de Cultura como dicta la norma.
Nosotros en el Ministerio de Cultura y más que nadie, lamentamos la
pérdida de este bien, en primer lugar por los damnificados y en segundo lugar
porque con este siniestro se va un fiel testigo de la historia del
país.
Ahora bien, usted nos acusa de la responsabilidad del incendio, lo cual
es absolutamente falso. Le tengo que comentar que en el marco de la norma a
nosotros nos compete la fiscalización, el control y la asesoría técnica sobre
estos bienes, todo desde el punto de vista patrimonial. Como sabrá en Junín no
somos unidad ejecutora como ustedes, sólo operativa. Por ello, el pasado viernes
16 de agosto (coincidentemente cuatro días antes del siniestro) y con la
presencia de un historiador y alumnos de arquitectura de una conocida
universidad, realizamos una inspección de oficio a la Casa Ráez, la cual arrojó
como resultado que el inmueble se hallaba en buenas condiciones estructurales.
Este informe todavía no se envió a los propietarios y a su institución como
corresponde, porque aún estamos sobre los plazos. Hoy lamentablemente será un
formalismo vano.
Por otro lado, corresponde a su institución el otorgamiento de
licencias, la sectorización de giros comerciales, la verificación del tendido
eléctrico, y de cualquier tipo de factores de riesgo en las viviendas y en las
zonas comerciales. Son las áreas de su competencia como Defensa Civil quienes
tienen que fiscalizar sobre ello e informar al Ministerio de Cultura sobre el
peligro o la inminencia del mismo en estructuras protegidas por el Estado
Peruano. Esto señor alcalde jamás lo hicieron en la Casa Ráez, usted dijo
airadamente que nos enviaron más de 40 informes, pues tengo que comentarle que
en nuestros archivos sólo aparece en el año 2010 una solicitud de información
del bien por parte de la familia Navarro. No nos comunicaron nunca sobre sus
cuarenta informes. Y ya que usted ha personalizado el tema acusándome de
responsable, le comento que nunca he tenido en mis manos, por lo menos en mi
gestión, algún documento de parte de ustedes sobre este
predio.
Usted ha manifestado en los medios que no tiene competencias sobre la
cultura y particularmente sobre el patrimonio, pues déjeme mencionarle algunas
normas: la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley Nº 27972, en su art. 82, Inc.
12º; el artículo 91. La Norma A 140, Reglamento Nacional de Edificaciones en su
artículo tercero; la Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la
Nación, en su artículo 29.1 numerales a, b y c, (que en resumen dicen que la
Municipalidad debe: “promover la protección y difusión del Patrimonio Cultural
de la Nación, dentro de su jurisdicción, y la defensa y conservación”, así como
“Cooperar” con el Ministerio de Cultura). Haciendo caso omiso de este marco
jurídico, usted ha tenido intervenciones infelices en cuanto a la gestión del
patrimonio en nuestra localidad, por ejemplo, como refiere un medio de
comunicación, alentó la destrucción de la antigua Capilla de Pichcus, construyó
inconsultamente en la zona monumental, se lavó las manos de responsabilidad ante
un patrimonio que se supone debe defender, como es la Casa Ráez, opina
desfavorablemente sobre la treintena de bienes que están declarados, a pesar que
la Ley le demanda lo contrario. Incluso alguna vez declaró ante los medios que
nosotros como Ministerio nos oponemos a que se construya su “Palacio del Arte la
Ciencia y la Cultura”, cuando nunca ingresó a nuestra oficina un proyecto sobre
el mismo, y las dos consultas verbales que han realizado y que atendí con mucha
diligencia por ser un proyecto necesario sólo se han quedado en la anécdota, por
cierto un lugar de estacionamiento y supermercado, no puede ser un palacio del
arte y la cultura, y otro donde haya un 90 por ciento de componentes comerciales
y un 10 por ciento de componentes de infraestructura cultural tampoco se debe
llamar de esa manera.
Nos acusa de oponernos a la “demolición” del bien, y no dimos
declaraciones y no hablamos nunca de esa posibilidad. Cuando usted y su entorno
la introdujeron como solución al incendio, y faltando a la verdad declararon que
nosotros nos oponíamos a la misma, provocando incluso casi el linchamiento de mi
persona y equipo, nosotros accedimos previa verificación y con la prudencia que
debe tener un funcionario público. Habría que ser un insensato para oponerse a
algo que ponga en riesgo inmediato la integridad o la vida de alguien. Sin
embargo esta solicitud apasionada, a la que nosotros accedimos se concluyó
todavía 26 horas después de que firmamos el compromiso con Defensa Civil. Qué
pasó alcalde, ¿no que el peligro era inminente?.
Incluso al acercarme por la noche la Directora de Defensa Civil al
preguntarle sobre el porqué no habían procedido con el desmontaje (e imagino que
por la oscuridad me desconoció), me dijo como si fuese cualquier curioso que "el
INC no daba autorización", cuando ella misma había redactado diez horas antes el
compromiso que firmé autorizando ese procedimiento. Además usted en algunas
entrevistas a radioemisoras por la mañana del miércoles, aun sostenía que
nosotros nos oponíamos a un acuerdo ya suscrito.
Sus palabras tan cautas hicieron que el día miércoles mi personal y yo
recibiésemos innumerables agresiones por parte de la gente y los curiosos en
torno al siniestro. Incluso por orden de la Municipalidad de Huancayo no dejaron
ingresar a mi personal para la inspección de rigor y que la norma
establece.
Alcalde yo soy un gestor cultural de muchos años, he dirigido varias
instituciones del sector, he militado en la cultura desde adolescente y tengo
reconocimiento en ello a nivel nacional, no soy un improvisado y estoy ahora en
la función pública del sector precisamente por mi trabajo. Y en merced a ello y
en mi calidad de ciudadano soy yo ahora quien lo emplazo a que nos diga ¿cuál es
su política sobre el patrimonio y la cultura? ¿Cómo piensa gestionar los bienes
que están declarados y los que están en presunción? ¿Qué entiende por
patrimonio? Creo que si contesta esas preguntas nos permitiría entender por lo
menos sus políticas culturales.
No voy a permitir señor Aliaga, que nos utilice como chivo expiatorio
ante la negligencia de su sector. Y tampoco voy a permitir que mancille mi
reputación y el trabajo que vengo desempeñando en mi vida profesional. Tenga
claro señor alcalde que el patrimonio y la cultura no es una excusa para
justificar un sueldo, esa no es la percepción que tenemos en el Ministerio de
Cultura (antes INC, óigalo bien, ahora MINISTERIO DE CULTURA) y tampoco en el
sector cultural.
La cultura es la base del desarrollo de un pueblo y el patrimonio las
evidencias de desarrollo que ese pueblo nos ha legado, fundamentales para hablar
de identidad y ciudadanía y tan necesarias para todos nuestros discursos, sobre
todo políticos. Si considera eso señor Aliaga, quizás así pase a formar parte de
la historia de nuestra ciudad y no se quede sólo como un borroso
recuerdo.
JAIR PÉREZ BRAÑEZ
DNI 10806054
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