Movimiento
Tierra y Libertad
Indígenas,
Campesinos, Pequeños Productores, Agroexportadores, Consumidores,
Ambientalistas y Chefs Unidos en la Defensa de Nuestra Biodiversidad
No al Ingreso de Transgénicos al Perú
El Presidente Alan García y algunos de sus altos funcionarios en el sector agrario están haciendo un último faenón antes de retirarse de la función pública para dar paso a las nuevas autoridades elegidas por la población. Se trata del recientemente aprobado Reglamento Sectorial del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) sobre Bioseguridad, que autoriza la importación de semillas transgénicas con la finalidad de favorecer los intereses de una cuantas empresas importadores de semillas y de los criadores de pollos que quieren aumentar sus ganancias sin importarles el impacto negativo que el uso de semillas transgénicas puede tener para nuestra biodiversidad, que es el capital más grande que tiene nuestro país.
Esta medida ha generado el rechazo de una gran diversidad de sectores
económicos y sociales que son conscientes de la importancia de nuestra
biodiversidad. La están rechazando las organizaciones indígenas, campesinas y
de pequeños productores que viven de nuestra rica biodiversidad. La están
rechazando sectores agroexportadores que saben del valor de nuestra
biodiversidad en los mercados internacionales. La están rechazando expertos
ambientalistas que van desde el Foro Ecológico hasta la Sociedad Peruana de
Derecho Ambiental.
Y la están rechazando también los cocineros y los consumidores. Como lo han
señalado Mariano Valderrama, Presidente de la Asociación Peruana de Gastronomía
y el mismo Gastón Acurio, nuestro chef más premiado internacionalmente, el
ingreso de semillas transgénicas al Perú pone en peligro incluso la creciente
industria culinaria del país, cuyo éxito se basa ciertamente en sus buenos
cocineros pero, sobre todo, en la biodiversidad de nuestro país, que permite
que tengamos enorme diversidad de productos alimentarios que son únicos en el
mundo.
En el terreno político, este despropósito tiene el apoyo de altos
dirigentes del fujimorismo, como el empresario agroindustrial y ex ministro de
Agricultura José Chlimper, que se ha declarado a favor de la medida,
confirmando que para este sector un buen negocio privado vale más que todo el
país, sea en materia de derechos humanos o ecologíla y biodiversidad.
Felizmente, el representantes de Gana Perú se han pronunciado firmemente
contra esta medida y ha anunciado que un futuro gobierno nacionalista derogará
este reglamento y revisará íntegramente la política nacional al respecto.
Para el Movimiento Tierra y Libertad –como en el caso de los conflictos
entre las empresas extractivas y las poblaciones locales- este es un tema en el
que no puede haber medias tintas. Así, con toda claridad y firmeza, exponemos
nuestra oposición a esta medida con los siguientes argumentos:
§ Somos uno de los
países más mega-diversos del mundo, buena parte de nuestra agricultura y
producción es libre de transgénicos, y nuestra agricultura orgánica tiene un
significativo crecimiento y potencial económico tanto en el mercado nacional
como en los mercados internacionales.
§ Gran parte de
esta biodiversidad es usada, cuidada y reproducida por nuestras poblaciones indígenas
y campesinas, por nuestros pequeños y
medianos agricultores. Ellos pueden y deben ser los principales beneficiarios
de las ventajas competitivas que esta biodiversidad genera en un mundo
globalizado, frente a mercados que crecientemente exigen este tipo de producción.
§ La opinión de la
las poblaciones indígenas y campesinas y de los productores y agroindustriales
que trabajan con nuestra biodiversidad es que no hay necesidad de recurrir a
transgénicos para ser más productivos y eficientes. Con seguridad,
algunos sectores minoritarios del comercio importador y de la agroindustria
avícola se pueden beneficiar de los transgénicos, pero no se puede destruir el
capital natural más importante del Perú para el beneficio de esos sectores
minoritarios del país.
§ Los transgénicos
(y está plenamente confirmado) están asociados a intereses empresariales de
unas cuantas empresas transnacionales (Monsanto, Bayer y Syngenta, entre otras)
que además poseen derechos sobre las semillas transgénicas que producen y
terminan por hacer dependientes a los agricultores de los paquetes tecnológicos
de estas corporaciones. Este es el interés que hoy pretende imponerse al de una
mayoría.
§ Es absurdo y
profundamente contradictorio que -precisamente cuando en el país y en
extranjero se comienza a reconocer a
nuestra biodiversidad y a nuestra gastronomía y se posiciona la marca Perú
asociada a nuestro patrimonio natural y cultural- el gobierno del Presidente
García privilegia los interese comerciales de sectores muy específicos para
arriesgar todo lo avanzado y el enorme potencial que nuestra biodiversidad
tiene para las mayorías.
§ El principio
precautorio, recogido en el Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la
Biotecnología vigente en el Perú desde julio del 2004 legitima perfectamente cualquier
tipo de posición que cuestiona el uso de transgénicos y, en ese sentido, dada
la controversia que existe sobre sus “pros y contras”, puede proponerse limitar
indefinidamente su utilización o, al menos, hasta que existan pruebas
irrefutables sobre sus ventajas.
Por
estas consideraciones, planteamos que:
§ El actual
Congreso de la Republica debe rechazar el Reglamento recientemente aprobado por
el INIA y en su lugar aprobar el Proyecto de Ley Nº 3599-2009 que declara la
MORATORIA al ingreso de transgénicos al territorio nacional. Esta es una
medida inmediata y urgente que no tolera postergación alguna.
§ El nuevo
Congreso debe discutir y aprobar la PROHIBICION del ingreso de transgénicos al
Perú.
§ El nuevo
Gobierno debe financiar al MINAM una investigación exhaustiva e independiente
sobre la presencia y el origen de productos transgénicos en el Perú, con la
finalidad de retirarlos de la producción y del mercado procediendo a sancionar civil
y penalmente a quienes los hayan introducido, violando las normas existentes al
respecto.
§ El nuevo
Congreso y el nuevo Gobierno –en coordinación con los Gobiernos Regionales
y Locales y las organizaciones
indígenas, campesinas, productoras, agroindustriales, consumidoras y cocineras-
deben discutir y aprobar una política y una estrategia de aprovechamiento
sostenible de nuestra biodiversidad.
Las diferentes agriculturas del Perú pueden potenciarse de muchas formas
(incluyendo aplicaciones biotecnológicas) que no necesariamente pasan por la
generación de transgénicos y su introducción o comercialización. En cambio, el
riesgo que asumimos al permitir el ingreso de semillas transgénicas al país es
muy alto, especialmente por ser país de origen de muchas variedades vegetales
que tienen un mayor valor estratégico y real comparado con el eventual aporte
de los organismos vivos modificados (OVM).
Necesitamos una política radicalmente diferente. Y ésta puede y debe ser
elaborada y puesta en práctica con el concurso de todos los sectores
honestamente interesados en el aprovechamiento sostenible, equitativo e
inclusivo de nuestra biodiversidad.
Lima, 01 de mayo de 2011.
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