Ideeleradio.-
Los medios de comunicación en el país se están orientando al
entretenimiento y la banalización y este proceso es más o menos parecido
al que instaura el primer ministro Silvio Berlusconi en Italia, donde
se adormece la voluntad política de la gente a través de la
desinformación, sostuvo el analista Ricardo Vásquez Kunze.
Fue al referirse a la
orientación musical que tendrá desde julio CPN Radio y a la cancelación
del programa Prensa Libre, que era conducido por Rosa María Palacios.
“Lo que parece que está pasando
es una especie de fujimorización, pero ya no comprando los medios, sino
una especie de fujimorización por el entretenimiento, por la banalidad.
Es lo que pasa más o menos con la Italia de Berlusconi, simplemente es
un adormecimiento de la voluntad política de la gente, o sea lo
desinforman y, evidentemente, los pueden manipular de la mejor manera”,
expresó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Lo que vemos es un repliegue de
voces antes de empezar un gobierno y aquí caben varias
interpretaciones. La primera es que no quieren pelearse con el Gobierno y
ya están eliminando las voces de antemano, pero sin embargo esa
interpretación colinda con la suspicacias que tienen los mismos medios
con el programa que podría desarrollar Humala en su gobierno, para lo
cual tendrían que tener medios de información que hagan la batalla si es
que Humala se va por el sendero que no corresponde, el antidemocrático,
entonces es una cosa tan rara”, agregó.
Indicó que este aspecto es raro y
bien curioso porque por lo general los medios de comunicación y sus
propietarios tienden a tener espacios políticos para defender sus
intereses. Mencionó que el caso de la salida de Rosa María Palacios
podría interpretarse como una forma en que los broadcasters creen que
son dueños de la verdad, del intelecto y la opinión de los periodistas.
“Esa es una opinión creo que
válida, es decir, creo que lo de Rosa María Palacios es muy claro, es un
mensaje que están dando los propietarios que están diciendo acá
mandamos nosotros, nosotros somos los dueños y los periodistas no son
los dueños, pero ellos confunden ‘dueños’ con dueños de la verdad, del
intelecto y la opinión de los periodistas”, aseveró.
“A mí me parece digno de
comentario que hayan determinados grupos [periodísticos] con una especie
de principios éticos que a la hora del contrato son como el New York
Times, pero a la hora de los loros, cuando hay esa colisión con los
intereses de los medios, el medio simplemente te dice chau y el
eufemismo es que ‘has perdido la confianza’”, apuntó.
Humala tendrá una oposición sangrienta
Vásquez
Kunze consideró, en otro momento, que el gobierno del presidente electo
Ollanta Humala tendrá una oposición sangrienta que intentará hacerle la
vida imposible, porque existen sectores que aún no conciben que el
líder nacionalista obtuvo una victoria las elecciones generales.
“Veo que va a ser una oposición
sangrienta. En la cabeza no han podido concebir que gane Humala, esa ha
sido la tragedia, se les ha caído el mundo. Me parece que le quieren
hacer la vida imposible desde el inicio, lo de Villarán me parece
clarísimo, pedir la vacancia a seis meses me parece una locura”,
remarcó.
“Entonces, me parece que la cosa
va a ir por marcar al presidente electo y futuro presidente en
ejercicio de la manera más radical posible para, o bien hacerle la vida a
cuadros o bien tratar de que no haga absolutamente nada o tal vez en
último caso hacerlo un personaje como Alan García, que al final pidió el
cambio responsable y terminó siendo un vocero de todo el empresariado
nacional”, apuntó.
Cogobierno entre Humala y Toledo es lo más razonable
Estimó,
finalmente, que sería razonable un cogobierno entre Perú Posible y Gana
Perú a fin de proteger al Estado de Derecho y evitar que sectores
radicales afecten el gobierno de Humala Tasso.
“Me parece que sería lo más
razonable para el país. Estoy viendo que se están dando los pasos para
un cogobierno entre un expresidente y Humala, me parece que está bien
que esas alianzas, esos entendimientos se forjen porque eso va haciendo
un equilibrio también de poderes para que no sean los sectores más
radicales ni de derecha ni de izquierda tengan la última palabra”,
concluyó
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