17 de Setiembre de 2011 – Chiclayo
Por
acuerdo del VIII Encuentro Nacional de Frentes Regionales realizado el
21 de mayo en Arequipa, e igualmente con acuerdo de la XII Asamblea
Nacional de la CGTP invitamos a usted a participar en el IX Encuentro de
Frentes Regionales, que se llevará a cabo el sábado 17 de setiembre, en
Chiclayo.
AGENDA:
1) Informe de la Situación Política Internacional y Nacional y nuestra posición frente al nuevo gobierno
2) Actualización de la Plataforma de Lucha
3) Plan de Acción y tareas
Apoyado por el voto de más de 7 millones de trabajadores, campesinos, sectores populares, democráticos, progresistas y de izquierda, que expresaron así su rechazo al fujimorismo y la política privatizadora y antinacional del gobierno de Alan García, el 28 de julio del año en curso el nuevo Presidente de la República Ollanta Humala asumió el gobierno ratificando en su mensaje presidencial que impulsará el cambio social y la transformación de la nación.
UN GOBIERNO DE CONCERTACIÓN
UN MENSAJE SIN SORPRESAS
Y LA BATALLA POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
AFIRMACIÓN DEMOCRÁTICA FRENTE AL AUTORITARISMO Y LA CORRUPCIÓN
La
centro-derecha liberal, dividida con tres candidaturas (Kusczinsky,
Toledo y Castañeda), permitió que en la segunda vuelta se dirimiera
entre la izquierda (nacionalistas y socialistas) representada por
Ollanta Humala, y la derecha autoritaria y corrupta del fujimorismo.
Obtener
aliados para ganar las elecciones primero, y gobernar, después;
implicaba un conjunto de concesiones de orden programático. Se pasó,
entonces, del Plan de Gobierno de Gana Perú a la llamada “Hoja de Ruta”
con que se pudo convocar a técnicos de talante democrático y progresista
confrontados al fujimorismo; se logró el apoyo de los Vargas Llosa y,
finalmente, el de Toledo y su grupo.
La
segunda vuelta se ganó por escaso margen. Las provincias y los sectores
populares se impusieron, a pesar de que los medios de comunicación
estuvieron, en forma beligerantemente, alineados tras Keiko Fujimori,
creando un ambiente de zozobra y confrontación extrema.
El
candidato ganador, tenía que tranquilizar a los mercados, dar confianza
a los empresarios e inversionistas, serenar a las clases medias. En ese
sentido, Humala dio los pasos correctos con su recorrido internacional
para afianzar su legitimidad y construir un nuevo espacio de afirmación
democrática. El siguiente y decisivo paso debía ser el de la
conformación de su gabinete ministerial.
GANAR CON LA IZQUIERDA Y GOBERNAR CON LA DERECHA
La
burguesía tiene una enorme capacidad para cooptar gobiernos y
gobernantes. Usando todos los métodos posibles, desde el chantaje al
halago. Y, cuando no lo logran, los demonizan. Es así, a raíz de la
victoria de Humala, presionan y exigían de inmediato el nombre de su
primer ministro y de su ministro de economía, y lo hacían con el aire
dramático de quien avizora el inminente “fin del mundo”. Pero es
indudable que la derecha económica jugó mejor sus cartas y salió
ampliamente victoriosa. ¿Era esto inevitable? ¿Debieron y pudieron darse
menos concesiones?. Es difícil de decir, pero estamos ante una realidad
ya consumada.
Es
posible el funcionamiento de un gabinete, con diversas corrientes y
concepciones, que mantenga un crecimiento económico para la
implementación de políticas redistributivas sin que las clases
dominantes se sientan estratégicamente afectadas. Medidas como el
impuesto a las sobre-ganancias mineras (pilar de la financiación de los
programas sociales) dependen de los precios internacionales. Pero la
bonanza actual, es extremadamente dependiente de la situación económica
mundial (llena de incertidumbres y nubarrones).
En un país presidencialista como el Perú, y más aún cuando “Gana Perú” es (en sentido estricto) más una plataforma electoral que un partido político, donde el rumbo lo marcará el presidente.
No
es nueva la presencia de izquierdistas en los diversos gobiernos. Lo
tenemos en el primer gabinete y en cargos de confianza con Fujimori, en
el gobierno de Transición y en los comienzos de Toledo. Fueron figuras
aisladas y más bien cosméticas, sin contribuir al desarrollo de un
proyecto de autonomía social y política del pueblo trabajador. ¿Pasará
lo mismo en esta ocasión?. Difícil decirlo, debemos conceder el
beneficio de la duda y esperar que la firmeza de principios de Ollanta
Humala alcance como para no perder el rumbo. En este sentido, la
juramentación y el mensaje presidencial del 28 de julio han sido
importantes para recuperar la iniciativa. Al jurar por los principios de
la Constitución del 79, Ollanta Humala no sólo ha deslindado con el
fujimorismo, sino que ha recordado que la batalla por una nueva constitución
sigue siendo una tarea pendiente y que conseguirlo será en realidad lo
que marcará el vuelco de la correlación de fuerzas. La derecha no
fujimorista ha acusado el golpe y, aunque sabe que tiene la sartén por
el mango en el terreno económico y por lo tanto no quiere hacer olas,
sabe también que atrincherarse detrás de la Constitución del 93 es una
cuestión estratégica, de ahí lo peligroso, para ellos, del mensaje de
Humala.
CON LA UNIDAD… LOS SOCIALISTAS A CONSTRUIR EL PODER DEL PUEBLO
Sin
duda la victoria electoral fue un triunfo del pueblo, significó la
derrota de la derecha corrupta y autoritaria y la apertura de nuevas
posibilidades de desarrollo de la conciencia y la organización popular.
La victoria, sin embargo, también sacó a flote nuestras propias
limitaciones. Las fuerzas de la izquierda que sufrimos una categórica
derrota los noventa, estamos aún sin recuperarnos. Fragmentadas, sin
programas ni estrategias, sin liderazgos definidos y legitimados, con
precarios vínculos con las fuerzas sociales reales, las organizaciones
izquierdistas no constituimos un referente serio y consistente para las
mayorías populares peruanas. Hay una crisis de liderazgo profunda y,
como en el caso de la derecha, la ética y la política suelen estar
divorciadas. Ubicados en la marginalidad del sistema político, vemos
como la historia se construye sin apenas tomarnos en cuenta.
Ha
llegado el momento, de pasar de la fragmentación y la dispersión, al
reagrupamiento y la unificación de los diversos esfuerzos unitarios
como la Unidad de Izquierda, Juntos por la Gran Transformación y la
Coordinadora Política Social. También, a lo largo y ancho de nuestra
patria, está el reto de consolidar Gana Perú, y la Unidad del Movimiento
Popular promoviendo la Asamblea Nacional de los Pueblos. En estas
tareas, con voluntad y decisión política los socialistas estamos
comprometidos.
Los socialistas somos parte del proceso político abierto desde la campaña electoral y asumimos la victoria como nuestra,
ya que hicimos un esfuerzo importante por lograrla. No está en nuestra
aspiración la búsqueda de protagonismos personales, especialmente en lo
que respecta a la consecución de puestos públicos. El clientelismo de la
izquierda (en las universidades, en las ong, en los municipios, etc.)
ha sido una de las causas de su desgaste y desprestigio ante las masas.
César Vallejo nos dice sabiamente: “Confianza
en el anteojo, no en el ojo / en la escalera, nunca en el peldaño; / en
el ala, no en el ave / en ti solo, en ti solo, en ti solo.”
Y
tal constituye la línea de acción pues, en pocas palabras, esto quiere
decir basarse en las propias fuerzas, construir desde abajo, desde el
empoderamiento de los explotados y oprimidos, aquellos caminos que
permitan al pueblo recuperar las riendas de su destino.
Cada sector del pueblo deberá levantar sus plataformas, que recojan sus principales reivindicaciones. Sensatas y
razonables, pero firmes. Alrededor de ellas deberán desarrollarse
procesos de discusión y movilización que vayan integrando y unificando
propuestas, que permitan diseñar de un modo articulado y coherente,
aquello que se espera conquistar en concordancia con el recientemente
inaugurado gobierno de concertación nacional, de modo tal, que la
concertación no se produzca tan solo con los empresarios, sino también
con el pueblo trabajador del campo y la ciudad.
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