El telón de fondo del sorpresivo encuentro entre Piñera y Humala
Cuando el Presidente de
Perú invitó a Humala y a Fujimori a reunirse con los gobernantes de
Chile, México y Colombia, buscaba dar más respaldo a su proyecto de la
Alianza del Pacífico. Pero este acuerdo no es bien visto por el
candidato nacionalista ni por sus respaldos en Brasil.
Cuatro horas antes, durante el almuerzo de trabajo, García les dijo que había invitado a Palacio Pizarro a Ollanta Humala y a Keiko Fujimori, quienes disputarán el balotaje presidencial el próximo 5 de junio.
El hecho incomodó a la delegación chilena, pues contradecía los mensajes que el gobierno peruano había enviado en los días previos, en el sentido de que no habría encuentro con los abanderados. De hecho, Piñera se enteró sólo al aterrizar en Lima del cambio de agenda, que ya había sido anunciado públicamente por el canciller peruano, José Antonio García Belaunde.
Durante el almuerzo, García Belaunde dijo que Humala había cancelado su asistencia.
Sin embargo, media hora más tarde, mientras los mandatarios participaban de un plenario en Palacio Pizarro, García Belaunde pidió a algunos funcionarios informar a cada delegación que Humala había cambiado de opinión y que la reunión se haría. Diez minutos después, Alan García anunció públicamente la cita, cambiando todo el cronograma de la cumbre.
La sorpresa, en todo caso, no era sólo chilena. En el comando de Ollanta Humala hablaban incluso de "encerrona". La incomodidad del candidato, en todo caso, no apuntaba a juntarse con Piñera. La noche anterior, la Cancillería peruana había llamado por teléfono a su equipo, para invitarlo a una cena en Palacio Pizarro con los presidentes de Chile, Colombia y México.
Humala no contestó de inmediato. "Ollanta no tenía inconvenientes en reunirse con los mandatarios, pero no estaba dispuesto a refrendar con su presencia el documento de la Alianza del Pacífico", recalcó un colaborador de Humala.
Entre las 16 y las 17 horas, Humala discutió el tema con su esposa, Nadine Heredia, el empresario Salomón Lerner y el congresista Daniel Abugattas. Este último, incluso, pidió a la Cancillería peruana precisar la invitación.
Según el diario limeño Perú 21, el equipo de Humala habría llamado a dos asesores brasileños para consultarles su opinión sobre la invitación de García. Ellos le habrían manifestado que era impensable un desaire a tres presidentes latinoamericanos.
En el comando de Humala no confirman ese llamado. Sí reconocen que aún están en Lima dos asesores brasileños ligados al Partido de los Trabajadores (PT) de ese país, que trabajan en la campaña presidencial desde enero. Luis Favre y Valdemar Garreta, quienes participaron en las campañas de Lula y de Dilma Rousseff, han sido claves en el cambio de imagen del líder nacionalista, desde el radical aliado de Hugo Chávez hasta el de moderado admirador del modelo de Lula.
El acercamiento de Humala a Lula y al PT comenzó a gestarse a mediados del 2006. "Contamos con el apoyo del PT en materia de experiencia. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Lula y los cuadros más destacados del PT, para aprender su proceso de crear una fuerza política", reconoció Humala en enero pasado, tras una cita con el entonces secretario de relaciones internacionales del PT, Valter Pomar.
Al igual que Humala, afirma Valter Pomar, en el PT creen que el Acuerdo del Pacífico "es un intento de articulación entre gobiernos de centroderecha, para contraponerlo a otras iniciativas de integración ya existentes", refiriéndose a Unasur y Mercosur, ambas iniciativas apoyadas por Brasil.
Además, la participación de México en el bloque del Pacífico inquieta también a los brasileños, pues contrapesa su influencia en Sudamérica.
Así, un eventual triunfo de Humala devolvería la tranquilidad a Brasil. "Para saber cuál será la trascendencia de ese bloque (la Alianza del Pacífico), deberíamos esperar las elecciones de junio en Perú; cualquier decisión ahora tiene sólo dos meses de validez", dijo el lunes pasado Marco Aurelio García, asesor internacional de la Presidencia de Brasil.
De hecho, el jueves, tras la reunión en Palacio Pizarro, Humala dijo que priorizará la Unasur y la Comunidad Andina de Naciones.
Según dicen sus cercanos, de llegar al gobierno, Humala pretende profundizar los acuerdos complementarios de asociatividad suscritos por Lula y el ex Presidente peruano Alejandro Toledo en 2003, además de viabilizar los dos corredores bioceánicos que permitirán a Brasil salir al Pacífico y Asia.
En marzo de 2010, Humala se reunió en Lima con ejecutivos brasileños con inversiones en Perú. "Hemos conversado con Lula sobre este tema y le hicimos saber nuestra intención de trabajar a largo plazo con el empresariado brasileño", les dijo Humala.
El grueso de los US$ 5 mil millones de inversión brasileña en Perú está en infraestructura concesionada, energía y minería, en provincias alejadas de Lima y bajo control electoral de Humala.
Uno de esos proyectos, cercano a los US$ 16 mil millones, está en manos de la empresa brasileña Andrade Gutiérrez y contempla la construcción de cinco represas, en lo alto de la sierra amazónica, para producir 7.200 megawatts. En febrero, la autoridad medioambiental peruana suspendió los permisos temporales de construcción a tres de estas represas, por sus consecuencias medioambientales y sociales en la cuenca del río Urubamba, en el departamento de Cuzco.
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